El atractivo físico es uno de los elementos que comercialmente más se explotan en pos de unos beneficios económicos influenciados por las necesidades empresariales. En el siglo XXI me atrevería a decir que hay una realidad: “la belleza y el atractivo vende” pero, a la hora de la verdad, ¿Es tan importante la atracción en las relaciones? ¿Cómo influye la apariencia física  a la persona y a su inteligencia?

Según zebrowitz y allegados en “Looking smart and looking good: Facial cues to intelligence and their origins” se evidencia que las personas pueden delimitar el grado de inteligencia rápidamente a través del juicio. Encontró que a través de fotografías, los estudiantes de un colegio estimaron con precisión la inteligencia de las personas, y Prokosch y compañia en “Intelligence and mate choice: Intelligent men are always appealing” señalaron que las mujeres detectaban con un alto grado de precisión el coeficiente intelectual a través de videos cortos; siendo así que el atractivo físico fue correlacionalmente positivo con el test. Sugiriendo que  puede ser un detalle o pista importante en la forma en la que se estiman las capacidades intelectuales. En ambas investigaciones se notificó que las mujeres juzgan la inteligencia de los hombres con gran precisión a través de fotografías y videos.

¿Cómo influye el atractivo físico en la inteligencia cuando las mujeres y los hombres se conocen?

Karreman y su equipo como señala en “Interacting with women can impair men’s cognitive functioning”, realizaron un experimento en el que los participantes (estudiantes) objeto del estudio establecieran conversaciones sobre tópicos neutrales. Estos fueron aleatoriamente asignados para interaccionar con personas del mismo sexo o personas de sexo opuesto. Fueron evaluadas las capacidades cognitivas para ambos antes y después de la interacción.

Los resultados para los hombres en estas tareas declinaron significativamente después de la interacción con una mujer, en comparación con sus congéneres del mismo sexo, incluso más después de interaccionar con una mujer atractiva. Los resultados para las mujeres se mantuvieron consistentes entre las interacciones que mantenían con el mismo o el sexo distinto, independientemente del atractivo del otro individuo. Investigaciones más recientes sugieren que incluso al anticipar la interacción con una mujer de belleza desconocida influye en el rendimiento cognitivo. Con estos datos se puede llegar a la conclusión de que el hombre se vuelve temporalmente menos inteligente cuando habla con una mujer atractiva en persona, lo que influye en su comportamiento.

Las razones que se dan para este decremento pueden estar relacionadas con el tipo de tendencias sutiles entre ambos sexos. Por un lado, en los hombres parece que el interés sexual puede hacer que se esté constantemente intentando impresionar a la pareja “potencial”, lo que podría producir un decremento de la capacidad de concentración sobre lo que está hablando. Por otra parte, otras hipótesis muestran que los hombres tienden a sobreestimar el interés sexual por parte de las mujeres.

Según estadísticas realizadas por Lippa en “The preferred traits of mates in a cross-national study of heterosexual and homosexual men and women” se realizaron preguntas acerca de las preferencias a largo plazo en una relación, concluyendo que la inteligencia es más valorada que el atractivo físico. Las mujeres también valoran la inteligencia como algo de igual importancia en las relaciones a corto plazo.

En muy importante reconocer estos dos aspectos debido a que muchas de las relaciones iniciales que se dan se concentran en focos de atención distintos, donde muchos de los objetivos son incompatibles entre ambos sexos y las propias ideas o sensaciones acerca de esas interacciones pueden ser muy dispares. De ahí los juicios de valor sobreestimados acerca de algo desconocido. Otro aspecto importante a tener en cuenta, es que pasado un tiempo con una mujer atractiva las capacidades intelectuales del hombre volverán con toda su fuerza. Por último, en la preocupación por aparentar puede producirse ese declive en la inteligencia debido sobre todo a las altas expectativas asociadas a lo que cada uno espera en una primera interacción. Cuanto más se espera de un primer encuentro y más aparezca la necesidad de impresionar a la otra persona, más limitaciones se pondrán a la actuación natural del propio individuo.

En definitiva, el atractivo físico puede ser un arma de doble filo y las personas seguimos siendo personas más allá de las apariencias, donde la capacidad intelectual y sus diferentes variantes: fluidez verbal, capacidad de contar historias, el sentido del humor, etc) y no solo el coeficiente intelectual, son valorados por encima del atractivo físico a la larga.