La alegría inunda las necesidades de bienestar, calma y relajación. Ayuda a saborear las cosas, a degustar los momentos y vivir en armonía. Es uno de los bienes inmateriales más codiciados por el ser humano al que no siempre puede tener acceso. La alegría enamora y suaviza los pensamientos, pero ¿Qué significa y cuál es su función?. Eso es lo que vamos a intentar analizar en el siguiente artículo.

La alegría es vivir en armonía.

 Viene del latín alicer o alecris y, según la Real academia de la lengua española, es un sentimiento grato y vivo que suele manifestarse con signos exteriores. Forma parte de las emociones innatas del ser humano, es decir, de aquellas que tiene desde que nace y no son el fruto del aprendizaje a lo largo del tiempo.

Al igual que la tristeza, el miedo, el asco, la sorpresa y el enfado, tiene una función determinante, y está principalmente relacionada con la liberación de la tensión. Es la que oxigena el cuerpo de esos pesares que surgen con el fin de infectarnos. Si la alegría es el resultado de esos malestares, necesita de ellos para manifestarse, debido a que en su naturaleza instrínseca se encuentra la noción de alivio. Hay diversos postulados que afirman que todas las emociones son necesarias para la supervivencia humana y que unas sin las otras no existirían. La terapia focalizada en la emoción trabaja principalmente los opuestos, debido a que la noción de una emoción contraria ayuda a detectar hacía donde dirigir el camino en pos de recuperar el bienestar psicológico.  Los pensamientos y las emociones funcionan al unísono, sobre todo ante el establecimiento de hábitos de comportamiento muy arraigados en la mente, con lo que es de especial importancia observar atentamente el antecedente y el pensamiento desarrollado para poder determinar qué origina el malestar y así vivir en armonía.

Además de los beneficios Psicológicos, repercute directamente sobre el bienestar físico y está en consonancia con la salud de la persona. Dentro de las repercusiones a nivel fisiológico y más concretamente en relación con la medicina psicosomática, produce beneficios en los distintos  órganos del cuerpo (hígado, estómago, corazón, pulmones). Además, libera endorfinas, que son las sustancias que ayudan a calmar el dolor físico y que están en relación directa con los opiáceos, generando  sensaciónes que ayudan a vivir con paz y calma. .

A nivel social, la alegría  tiene muchos beneficios por sus efectos desestresantes que dificultan la aparición del malestar en la interacción con otras personas. Las vibraciones positivas resultantes de esa comunicación, resultan más positivas que la tensión, prejuicios o desconfianzas, que puedan generar sesgos confirmatorios y círculos viciosos en las relaciones. En definitiva, vivir alegre es vivir en armonía.

“El corazón alegre hace tanto bien como el mejor medicamento.”

 Salomón (970 a.C-931 a.C)