Desde que nos levantamos de la cama hasta que volvemos a acostarnos suceden un montón de situaciones que requieren de nuestra atención. Estas pueden ser laborales, familiares o de ocio. En esas circunstancias, de una forma o de otra, se establecen objetivos, prioridades y necesidades a cumplir, ya sea simplemente el hecho de ducharme, preparar la comida, contactar a mis amistades, etc. La mayor parte de estas actividades requieren de un esfuerzo y este puede ser debatido por nuestra mente ante la imposición de una actividad. Entonces, además de la gestión de los conflictos, la organización de los horarios puede ayudar a la hora de estabilizar la vida y ser más feliz

Cumplir horarios puede ayudar a ser más feliz.

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«Saber qué hacer en cada momento»

Son esenciales para sentir la libertad interna de enfocar la mente a cada actividad en cada momento. Es decir, ayuda a detectar las necesidades anticipatorias de tal forma que las situaciones no se vean como una sorpresa constante, y de esa forma ganar tranquilidad.

«Aprender a distanciarse de lo que no está aquí»

Cumplir horarios es ganar capacidad de concentración, debido fundamentalmente a que la persona dedica todas sus energías hacia una actividad determinada. Así se consigue facilitar el distanciamiento de otras que puedan interferir. De esta forma consigo aumentar el grado de inmersión en la actividad.

«Proporcionan la capacidad de vivir el presente de manera más intensa»

Una persona con horarios vive cada situación que surge de forma más viva, lo que repercute a la hora de disfrutar del tiempo libre. Si soy capaz de organizar los horarios también lo seré de organizar ese tiempo y de saber donde estoy en cada momento y vivirlo más.

«Son fundamentales a la hora de ayudar a distinguir la vida de ocio de la vida laboral»

Tanto las actividades laborales como las personales es fundamental vivirlas cómo se merecen. Organizar los tiempos es saber dónde está uno/a, de tal forma que sepa distinguir los objetivos a nivel personal de los objetivos a nivel profesional. Si sé donde estoy será más fácil disfrutar de la vida fuera del trabajo.

«Proporcionan un mejor descanso»

El descanso es fundamental en la vida y cumplir horarios regula los ritmos biológicos. Si el cuerpo se acostumbra a dormir cuando tiene que dormir y a estar despierto cuando tiene que estar despierto, resultará mucho más sencillo conciliar el sueño y descansar adecuadamente. Respetar los ritmos biológicos a su vez influyen en la cantidad de energía que tengo cada día para cumplir otros horarios, con lo que la salud se mantiene más equilibrada y así consigo ser más feliz.

«Ejercen una influencia sobre la inteligencia emocional»

Los horarios ayudan a generar bienestar, y si tengo bienestar será más sencillo detectar a cada segundo mis necesidades y las de las otras personas. Con lo que pueden fomentar mis relaciones interpersonales y ser más feliz en ellas.

«Cuando una persona se siente mal sirven para ayudar a salir adelante»

Cumplir con una organización previa puede ayudar a vivir el presente y  ser más feliz, con lo que los posibles pensamientos catastróficos que aparezcan se reducirán considerablemente hasta anclar a la persona a su lugar y a su momento. De esta forma me conecto con la situación presente aprendiendo a delegar las preocupaciones.

Aunque la organización ayuda a vivir la vida, las personas han de adecuarla a sus necesidades. Entonces, una pregunta importante sobre la que reflexionar sería: ¿Sé quién soy y que es lo que más me conviene?

“¿Amas la vida? No desperdicies el tiempo porque es la sustancia de que está hecha.”

Benjamin” Franklin (1706-1790)

 

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