Fueron muchas personas las que pensaron que seguir el curso de la sociedad les iba a hacer libres. Que comprar productos que satisfacieran sus necesidades en los momentos más duros iba a aumentar sus sensaciones de placer y estás perdurarían a lo largo del tiempo. No fueron pocos los que valoraron el poder del dinero frente a las necesidades de salud, con la idea de que el cuerpo lo puede todo, sin indagar en que detrás del utilitarismo económico no hay nada realmente tan relevante. ¿Qué hay de la búsqueda de sentido cuando el objetivo es el consumo y  el éxito?

Placer y éxito

Desde la revolución industrial ha habido una transformación de la economía de las masas; un incremento constante de la adquisición de bienes para satisfacer las necesidades más inmediatas. Cuando las necesidades humanas se ven satisfechas por el consumo de productos insustanciales se transforma el valor de un producto deseado en un desecho indeseado. Es decir, el cumplimiento del placer más momentáneo acaba derivando en la relegación del producto a un segundo plano. Por ejemplo, el exceso de consumo de productos alimenticios y emocionales por encima de una dieta sana, a lo que hace referencia Fernando trias en «El libro prohibido de la economía».

La satisfacción del cumplimiento y la saciación personal en la búsqueda del placer, provoca el requerimiento de suplir un malestar rápido sin procesar los motivos. Puede ser a través de un atracón de comida, de la compra compulsiva de ropa, o de otros productos, lo que sea necesario para satisfacer las necesidades placenteras más inmediatas. Pero todo placer tiene un principio y un fin.,y si el utilitarismo económico está vinculado a las necesidades sociales de consumo, será el consumidor el que comprando  o adquiriendo objetos  sienta que cumpla con su deber social.

La búsqueda del sentido

placer y éxito

En el libro “Tener o ser” de Erich Fromm, se habla de cómo la sociedad ha cambiado el concepto del ser y la búsqueda de uno mismo por el concepto del tener. Ya no soy una persona en una relación, sino que tengo una pareja; ya no siento amor sino que tengo sentimientos; ya no soy una persona merecedora de todo lo bueno que le pase sino que tengo cualidades que se contrastan a nivel social, y si no, dejan de serlo. Según Fromm, el concepto de tener genera posesión, lo que directamente se relaciona con la idea de que si lo que tengo es mío, soy merecedor de mantenerlo u obtenerlo. Esto puede provocar que las relaciones humanas compitan por lo que poseen y no por lo que son, lo que genera grandes comparativas y exigencias (ser el/la mejor), que influyan gravemente en la autoestima y en la propia felicidad.

Jorge bucay habla del concepto de utilitarismo personal frente al social. Comenta que la utilidad en las acciones determinadas por el éxito social ayuda a no darse cuenta de las necesidades del propio ser, es decir,  a la pérdida consecuente del yo y  la delegación de este frente  a unas condiciones estereotipadas que pueden no tener relación alguna con nosotros. La forma en la que el yo se ve más libre es en la búsqueda del sentido en las actividades que gratifiquen la finalidad y la utilidad del propio ser.

Valentín Fuster, uno de los cardiólogos más importantes del siglo XXI, en conjunción con Jose Luis San Pedro, economista y escritor relevante, señalan en el libro—diálogo “la ciencia y la vida”, Tres de los componentes básicos para que un ser humano encuentre su satisfacción personal y la búsqueda del sentido: El primero está en relación directa con la realización de actividades para llenar el ser: que todo aquello que se haga tenga como objetivo el propio yo y el autoconocimiento; el segundo estaría relacionado con el cumplimiento del deber social (cumplir con determinadas obligaciones sociales para aportar tu granito de arena a la sociedad); y el tercero con los actos solidarios y ayuda al prójimo.

Hay muchas tareas o trabajos que pueden cumplir dos de los tres, entonces sería importante añadir una actividad fuera del entorno laboral para adquirir ese bienestar. Si un trabajo conlleva las tres, coninciden los autores, sería más sencillo alcanzar un punto de satisfacción mayor en la vida.

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