¿Qué hacer cuando una persona no me da la prioridad que yo le doy?

En cualquier tipo de relación —ya sea de pareja, amistad o incluso familiar— puede llegar el momento en el que sentimos que no recibimos la misma importancia que damos. Esto puede provocar emociones como frustración, tristeza, ansiedad o incluso rabia. La sensación de invertir tiempo, cariño y energía en alguien que no nos coloca en el mismo lugar de importancia genera un desequilibrio que, si no se maneja, puede afectar profundamente a nuestra autoestima y a la relación misma. ¿Qué hacer cuando una persona no me da la prioridad que yo le doy?
Una situación que duele más de lo que parece
A lo largo de este artículo, exploraremos qué hacer cuando una persona no me da la prioridad que yo le doy, analizando el problema desde un punto de vista psicológico, incluyendo estudios y autores que han investigado el tema. También veremos estrategias concretas que te ayudarán a manejar esta situación sin perder tu dignidad ni tu bienestar emocional.
La prioridad como componente esencial de cualquier vínculo
Para que una relación funcione de manera sana, ambos lados deben sentir que su tiempo, sus emociones y sus necesidades son valorados. Cuando eso no ocurre, se genera lo que la psicología denomina desbalance relacional.
¿Qué hacer cuando una persona no me da la prioridad que yo le doy? El desbalance emocional
Según la teoría del intercambio social (Thibaut & Kelley, 1959), las personas tienden a evaluar las relaciones en términos de costos y beneficios. Aunque el amor y la amistad no son transacciones, sí existe una expectativa natural de reciprocidad. Cuando damos demasiado y recibimos muy poco, nuestro cerebro interpreta la situación como una inversión que no está dando retorno emocional.
Factores psicológicos detrás de la falta de prioridad
1. Diferencias en las expectativas de la relación
No todas las personas entienden la relación de la misma manera. Una mujer puede considerar que la prioridad es estar en contacto diario, mientras que un hombre podría pensar que basta con verse una vez por semana. Esta diferencia de percepciones puede hacer que uno sienta que no recibe lo mismo que da.
2. Estilos de apego
La psicología del apego, desarrollada por John Bowlby y ampliada por Mary Ainsworth, explica que nuestro estilo de vincularnos está condicionado por nuestras primeras experiencias afectivas. Una persona con apego ansioso puede sentir que necesita más cercanía y atención, mientras que alguien con apego evitativo podría ver la relación de forma más distante.
«Esto no significa necesariamente que una persona no valore a la otra, sino que su manera de expresar el afecto y la prioridad es distinta.»
3. Prioridades externas
En ocasiones, la falta de prioridad no es personal. Puede estar relacionada con factores externos como el trabajo, la familia, problemas de salud o situaciones de estrés. Sin embargo, incluso en esos casos, es importante evaluar si existe esfuerzo real por mantener el vínculo.
4. Falta de interés genuino
En el peor de los escenarios, la falta de prioridad puede ser un reflejo de falta de interés. Esto suele verse en relaciones donde la otra persona sí dedica tiempo y atención a otras personas o actividades, pero no a ti. Aquí, la desigualdad se vuelve evidente y dolorosa.
¿Qué hacer cuando una persona no me da la prioridad que yo le doy? El impacto emocional de no ser prioridad
No recibir la misma atención y cuidado que damos afecta profundamente nuestro bienestar psicológico. Según un estudio de Baumeister y Leary (1995) sobre la necesidad de pertenencia, sentir que no se nos valora provoca emociones negativas intensas y puede derivar en:
Baja autoestima.
Ansiedad por miedo al abandono.
Rumia constante (darle vueltas al mismo problema).
Desgaste emocional.
La mente tiende a buscar explicaciones y, en ausencia de respuestas claras, muchas personas culpan a su propio valor en lugar de reconocer que el problema puede estar en la dinámica relacional.
Qué hacer cuando una persona no me da la prioridad que yo le doy
Aquí vamos a entrar en la parte más práctica del artículo, basada en estudios psicológicos y estrategias comprobadas. No se trata únicamente de reaccionar ante la falta de prioridad, sino de gestionar las emociones y actuar de forma que protejas tu autoestima y tu dignidad.
Analiza si la relación está equilibrada o no
Antes de tomar decisiones, es importante observar el comportamiento de la otra persona a lo largo del tiempo, no solo en momentos puntuales. Pregúntate:
¿Responde cuando lo/la necesito?
¿Solo se acerca cuando le conviene?
¿Dedica tiempo real o solo contacto superficial?
¿La comunicación es recíproca o yo soy quien siempre inicia?
La consistencia en el trato es más importante que los gestos esporádicos.
Comunica tus necesidades de forma clara
Muchas veces esperamos que la otra persona adivine lo que sentimos, pero la comunicación abierta es clave. El psicólogo Marshall Rosenberg, creador de la Comunicación No Violenta, plantea que expresar nuestras necesidades sin culpar ni atacar mejora la posibilidad de que sean escuchadas; en ocasiones los hombres tienden a no comprender esta necesidad de expresar la falta de prioridad, o de que la otras personas la tengan, aquí es importante escuchar sin juzgar.
Ejemplo: En lugar de decir: “Nunca me llamas”, se puede decir: “Me gustaría que nos comuniquemos más seguido, porque para mí es importante sentirme presente en tu vida”.
Evalúa la respuesta y las acciones
Una señal clave es cómo reacciona la otra persona cuando expresas lo que necesitas:
-Si se muestra abierta/o y hace cambios, es un buen indicio.
-Si se pone a la defensiva o minimiza tus sentimientos, es probable que no haya disposición real a priorizarte.
En este punto, es importante recordar la frase atribuida a Maya Angelou: “Cuando alguien te muestra quién es, créelo la primera vez”.
¿Qué hacer cuando una persona no me da la prioridad que yo le doy? No caigas en la trampa de dar más para recibir más
Muchas personas creen que si dan más atención, más apoyo y más tiempo, la otra persona finalmente responderá igual. Esto rara vez funciona y suele llevar a una dinámica de dependencia emocional.
Un estudio de Neff & Karney (2005) sobre satisfacción marital encontró que dar más de forma unilateral no siempre mejora la relación, e incluso puede reforzar un patrón donde una parte se acomoda a recibir sin dar.
Pon límites claros cuando no sé qué hacer cuando una persona no me da la prioridad que yo le doy
«Poner límites no significa dejar de querer a la persona, sino cuidar tu salud emocional». Esto puede implicar:
Reducir la disponibilidad inmediata.
Decidir qué comportamientos no tolerarás.
Mantenerte firme en lo que necesitas para sentirte valorado/a.
Como dice la psicóloga clínica Terri Cole, los límites no son para controlar a los demás, sino para enseñarles cómo interactuar contigo.
¿Qué hacer cuando una persona no me da la prioridad que yo le doy? Considera si vale la pena seguir
No todas las relaciones pueden o deben mantenerse. Si, después de comunicar y poner límites, la dinámica sigue igual, puede ser el momento de replantear tu lugar en esa relación. Recuerda: la prioridad que te das a ti mismo/a es la que marca el estándar de lo que permites.
¿Qué hacer cuando una persona no me da la prioridad que yo le doy? Diferencias de género en la percepción de la prioridad
La psicología social ha observado que hombres y mujeres, en promedio, pueden interpretar la prioridad en una relación de forma distinta debido a factores culturales y de socialización:
En mujeres: La prioridad suele asociarse a gestos de cuidado, comunicación frecuente y disponibilidad emocional.
En hombres: A veces se asocia más a acciones prácticas o a estar presente en momentos clave, aunque la comunicación diaria sea menor.
Esto no significa que todos piensen así, pero entender estas diferencias puede ayudar a interpretar el comportamiento de la otra persona sin caer en conclusiones apresuradas.
El riesgo de quedarse esperando un cambio que no llega
Una de las trampas emocionales más peligrosas es quedarse en una relación esperando que la otra persona cambie. Este patrón, conocido en terapia como esperanza ilusoria, prolonga el malestar y puede impedir que busquemos relaciones más sanas.
Como explica el terapeuta John Gottman, experto en relaciones de pareja, “el amor no se mide solo en sentimientos, sino en comportamientos consistentes en el tiempo”.
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¿Qué hacer cuando una persona no me da la prioridad que yo le doy?
Cómo fortalecer tu autoestima para no depender de la prioridad que otros te den
Uno de los pilares para manejar el dolor que produce no ser prioridad para alguien es trabajar en la autoestima. Según el psicólogo Nathaniel Branden (1994), la autoestima es “la disposición a considerarse competente para vivir y merecedor de felicidad”. Cuando una mujer o un hombre se valora a sí mismo/a, la validación externa deja de ser tan determinante.
Fortalecer la autoestima implica:
Reconocer tus logros por pequeños que parezcan.
Evitar compararte constantemente con otras personas.
Practicar la autocompasión ante errores o fracasos.
Rodearte de vínculos que te aporten apoyo y respeto.
Al trabajar estos aspectos, no solo podrás manejar mejor la falta de prioridad, sino también elegir relaciones más equilibradas.
¿Qué hacer cuando una persona no me da la prioridad que yo le doy? Aprender a comunicar tus necesidades de manera asertiva
Muchas veces, la otra persona no es consciente de que para ti la relación está en desequilibrio. Aquí entra en juego la comunicación asertiva, que según Alberti y Emmons (2017), es la habilidad de expresar sentimientos y necesidades de manera directa y honesta, sin ser agresivo ni pasivo.
Ejemplos de frases asertivas:
“Siento que mi tiempo y mis esfuerzos no están siendo valorados de la misma forma, y eso me preocupa.”
“Para mí es importante sentir que nuestra relación sea equilibrada. ¿Podemos hablar de ello?”
“Quisiera saber si habría manera de equilibrar más a lo que yo necesito.”
Este tipo de comunicación evita el resentimiento y abre el diálogo a una solución real.
¿Qué hacer cuando una persona no me da la prioridad que yo le doy? Reconocer las señales de una relación desequilibrada
Para actuar, primero debes identificar indicadores claros de que no eres prioridad. Algunos signos incluyen:
Tu tiempo y atención no son correspondidos.
La persona cancela planes contigo con frecuencia, pero no con otras personas.
Sus mensajes o llamadas son escasos y unilaterales.
Solo te busca cuando necesita algo, no para compartir momentos de calidad.
Detectar estas señales a tiempo te ayuda a decidir si es una situación temporal o un patrón que no cambiará.
Diferenciar entre expectativas realistas e idealizadas
A veces, el problema no es que la otra persona no te priorice, sino que tus expectativas están por encima de lo que esa relación puede ofrecer. El psicólogo Albert Ellis (1962), creador de la Terapia Racional Emotiva, explicaba que muchas frustraciones provienen de creencias irracionales, como “la persona que quiero debe darme siempre la misma atención que yo le doy”.
Pregúntate:
¿Estoy esperando más de lo que esta relación puede darme?
¿Estoy intentando que la otra persona actúe de una forma que no es natural para ella?
¿Estoy midiendo el valor de la relación solo por el tiempo y la atención?
Esta reflexión puede evitar que interpretes como desinterés lo que en realidad es una diferencia en estilos afectivos.
¿Qué hacer cuando una persona no me da la prioridad que yo le doy? Cómo establecer límites sin sentir culpa
Cuando detectas que el desequilibrio se mantiene, el siguiente paso es poner límites. El Dr. Henry Cloud y el Dr. John Townsend, en su libro Boundaries (2017), explican que los límites no son muros que nos alejan, sino fronteras que protegen nuestra integridad emocional.
Pasos para establecer límites y saber qué hacer cuando una persona no me da la prioridad que yo le doy:
Define tu tolerancia: Decide qué comportamientos son aceptables y cuáles no.
Comunícalo claramente: Explica lo que necesitas y por qué.
Mantén coherencia: No retrocedas si la otra persona ignora el límite.
Acepta la reacción: No puedes controlar cómo responderá, pero sí cómo actúas tú.
«Establecer límites no significa alejarte de inmediato, pero sí darle a la otra persona la oportunidad de cambiar mientras te cuidas.»
Cuando la falta de prioridad es una señal para cerrar un ciclo
En ocasiones, la decisión más sana es aceptar que la relación no es recíproca y tomar distancia. La psicóloga Harriet Lerner (1990) menciona que el apego a relaciones unilaterales puede estar ligado a miedos internos, como al abandono o a la soledad.
Cerrar un ciclo implica:
Reconocer que has hecho tu parte.
Asumir que no puedes cambiar a la otra persona.
Buscar entornos donde tu valor sea reconocido.
Trabajar el duelo por la pérdida, incluso si la persona no desaparece de tu vida por completo.
Cómo reconstruir tu vida emocional después de no ser prioridad
Después de alejarte o reducir el contacto con alguien que no te daba la prioridad que merecías, es vital rediseñar tu vida emocional. Esto incluye:
Reforzar vínculos con personas que te apoyen.
Dedicar tiempo a actividades que disfrutes y que te conecten contigo mismo/a.
Practicar la gratitud por lo que sí tienes.
Permitir que nuevas relaciones lleguen sin la presión de llenar vacíos emocionales.
De esta manera, la experiencia se convierte en aprendizaje y no en una herida permanente.
¿Qué hacer cuando una persona no me da la prioridad que yo le doy? «Recuerda no exigir a alguien lo que no me puede dar»
La exigencia cierra puertas y no permite cambios en la vida; no permite flexibilizar la relaciones y reconstruirlas desde otro punto de la vida, y en ocasiones pone en un aprieto a la otra persona. Por lo general en importante construir relaciones desde la libertad y no desde la presión. La gente es libre para irse y para quedar, y para construir lugares intermedios en los que se reequilibre la prioridad. ¿Quien puede decir que somos perfectos en las relaciones humanas? Aún así duele pensar que se pierde a alguien, aunque también sea un proceso de transformación de algo en otra cosa que también nos lleve a conocer a nuevas personas y no dejar de abrir ventanas.
«Si necesitas profundizar en este asunto u otros podríamos trabajar en sesión psicológica»
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Bibliografía relacionada con ¿Qué hacer cuando una persona no me da la prioridad que yo le doy?
Buunk, B. P., & Schaufeli, W. B. (2011). Reciprocity in interpersonal relationships: An evolutionary perspective on its importance for health and well-being. European Review of Social Psychology, 10(1). Estudio que resalta cómo la ausencia de reciprocidad en las relaciones está vinculada a afectos negativos y repercusiones en el bienestar emocional.
Walker, S. A., Pinkus, R. T., & Olderbak, S. (2024). People with higher relationship satisfaction use more humor, valuing, and receptive listening to regulate their partners’ emotions. Current Psychology. Investigación que muestra que la satisfacción en la relación está asociada con estrategias como el humor, el aprecio y la escucha receptiva.
Riso, Walter. Amar o depender. DIferencias entre ambos.