La sensación de seguridad en las personas se aprende viviendo experiencias. Estas son el fruto de haber vivido acontecimientos que han llevado a determinados aprendizajes. Las personas experimentamos cambios en la vida laboral, en la salud, en las relaciones interpersonales y en el poder adquisitivo. Es imposible que una persona avance por la vida sin vivir cambios, y sobre todo sin vivir la experiencia del duelo que experimentamos tras algunos de estos cambios. ¿Qué tipos de pérdidas existen?

Los duelos y las pérdidas no son exactamente lo mismo. Perder algo no implica  vivir un duelo. El duelo aparece cuando aquello que perdemos es importante para nosotros o supone un cambio al que nos cuesta readaptarnos, y de ahí la experiencia de experimentar la pérdida como parte de la vida.

Según Walter Riso en su libro “Desapegarse sin anestesia”, señala cómo en la cultura oriental la primera causa de sufrimiento es el apego. ¿Qué hace del apego alto tan importante? Cuando hay un exceso de  deseo de vínculo o interacción con una persona, cosa o pensamiento, la pérdida implica sufrimiento excesivo. Cuando pensamos que algo es para siempre, automáticamente su desaparición implica un dolor excesivo. Cuando la mente deja de ser flexible ante la posibilidad de pérdida, y requiere de la unidad con su vínculo de apego, el duelo es más intenso.

Tipos de pérdidas

Pérdida sociales: Están relacionadas con las separaciones de amistades, parejas, muerte de seres queridos y familia. La probabilidad de aparición del duelo ante estas pérdidas depende en gran medida del grado de afinidad con esas personas, o la creencia de afinidad que desarrollemos hacia ellas en nuestra mente.

Pérdida de capacidades: Este tipo se relaciona directamente con la pérdida de capacidades sensoriales (alguno de los sentidos) y físicas, como enfermedades, pérdida de algún miembro del cuerpo que imposibilitan hacer lo que se realizaba previamente, etc.

Pérdida ante el cambio de estilo de vida: Una pandemia, cambio de residencia o ciudad, familiares enfermos a los que ayudar, son algunos de los ejemplos más característicos de este tipo.

Pérdidas materiales aparece ante la pérdida de objetos y posesiones preciadas. En esta categoría entra cualquier tipo de pérdida material.

Pérdida de status: Este tipo se relaciona con el deseo de mantener una imagen social como fundamento y demostración de la valía personal. Está relacionada con la pérdida de clase social, económica y con la pérdida del puesto de trabajo.

Pérdidas generacionales: Son aquellos cambios significativos que se producen en las distintas etapas vitales: Jubilación, vejez, etc.

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