«Conocer a alguien del que enamorarme» y mantener una relación de pareja  puede ser para muchas personas un pilar fundamental para llenar una parte de sus vidas. Una parte que cada vez es más necesaria para satisfacer unas necesidades relacionadas con el vacío y la soledad, que sin una pareja puede ser más complicado alcanzar.

Necesidad de conexión profunda con algo.

En los años sesenta “Marshall McLuhan”, uno de los pioneros en la investigación sobre los medios de información, escribió acerca del concepto de “aldea global”. El mundo se estaba transformando en unidades socioeconómicas masificadas (grandes metrópolis),  frente al concepto de aldea tradicional, dónde solo vivían unos pocos y todos se conocían. Desde entonces, este factor se ha potenciado aún más con las nuevas tecnologías digitales como internet, trasporte aéreo asequible, etc. Estos nuevos modelos tecnológicos vinculados a la globalización pueden estar generando fuertes cambios sociales, y sobre todo de “desarraigo” de las personas en un mundo tan cambiante.

Mcluhan hacía alusión al concepto de «espacio físico» dónde las personas se desplazaban, y no al espacio virtual o ciberespacio, ni siquiera conocía sus posibilidades, y aún así ya observaba los cambios. A día de hoy alguien puede comunicarse con otros que están a miles de kilómetros a través de videoconferencia, de un “chat” en internet, o aplicaciones de Smartphone, lo que hace más sencillo establecer relaciones a distancia.

Con tantas conexiones mediatizadas por las tecnologías como el ordenador y el Smartphone; y con tal cantidad de posibilidades al mismo tiempo, el vínculo con las personas puede estar perdiendo la intimidad necesaria para establecer relaciones individuales profundas y comunitarias. Herry Bergson hablaba sobre como la mecanización del espíritu podía dificultar la relaciones entre los seres sociales.

A día de hoy, gracias al acceso veloz a casi todo el ecosistema de necesidades: Ej: “Si quiero una hamburguesa, con llamar, en media hora la tengo en casa”;  “Si necesito comprar algo por internet al día siguiente o a los pocos días lo recibo en el domicilio”; “si quiero ver una serie o una película puedo, no solo ver la televisión, sino acceder exactamente al contenido que quiero». Todo esto ha podido derivar en que la satisfacción de las necesidades inmediatas son la única forma de vivir la vida, perjudicando directamente al proceso de vivir la experiencia y el esfuerzo de conseguir algo.

“Cuando siento que quiero algo, lo quiero ya”

Construir una vida estrecha con la tecnología, puede establecer una delicada  y superficial conexión con las personas que nos rodean o con los seres sociales con los que mantenemos una relación, sin establecer un vínculo físico y emocional real. Es decir, hay una tendencia a la creación de comunidades virtuales (y no físicas) que satisfagan las necesidades emocionales de forma superficial, que parecen suficientes para vivir en el día a día.

Somos seres sociales y necesitamos relacionarnos con las personas, pero cuando los vínculos no son físicos (espacio real), puede aparecer la sensación de vacío y soledad, y si a eso le añadimos  la tendencia cada vez mayor a suplir nuestras necesidades de forma rápida, el amor puede llevarnos a fuertes encrucijadas cuando de lo que hablamos es de uno de los vínculos afectivos por antonomasia.

Necesitamos conectarnos con algo de verdad.

Si tenemos en cuenta que la vida social tecnológica cubre algunas de necesidades sociales de manera artificial, pero no espiritual, uno de los lugares principales en el que las personas pueden conseguir esa sensación se focaliza en las relaciones de pareja y en su búsqueda; el lugar en el que ese contacto físico, espiritual y de amistad puede llegar a suplir parte de las necesidades básicas de afecto.

¿Qué sucede cuando busco conocer a alguien del que enamorarme y no aparece inmediatamente?

obsesión con enamorarme

 

“Quiero conocer a alguien del que enamorarme y no consigo encontrarlo”; “Todos los días pienso en que me encantaría conocer a alguien que nunca acabo por conocer”. “Me encantaría conocer a una persona con la que sentirme a gusto y que nos queramos el uno al otro”.

El deseo de satisfacción de las necesidades a corto plazo “ya” (conocer a alguien del que enamorarme), y la necesidad de vincularme con alguien más allá de un formato virtual (necesidad de satisfacer mis necesidades de vínculo-físicas), puede generar un fuerte golpe emocional de vacío y de frustración al ver que las cosas no suceden cuando me gustaría que fuera, y eso afectar directamente al estado de ánimo al ver que no puedo obtener mi necesidad inmediata. Ej: Si me pongo debajo de un castaño en primavera para que caigan las castañas cuando estas aún no han empezado a germinar ¿Qué sucede?”

En definitiva, el amor no se consigue cuando constantemente pienso en lo que podría tener y no tengo, sino en aprender a detectar cuándo las oportunidades pueden aparecer, crearlas, y en ese momento analizar si fluye, con paciencia,  para dar posibilidad a que las mariposas se arremolinen en los estómagos.

“Sólo con una ardiente paciencia conquistaremos la espléndida ciudad que dará luz, justicia y dignidad a todos los hombres. Así la poesía no habrá cantado en vano.” Pablo Neruda

Otros artículos relacionados:

«Relaciones amorosas ¿Cómo encontrar el amor?»

«¿Se puede recuperar la pasión y el amor?»