La mayor parte de las personas  se plantean alguna vez si su imagen corporal es lo suficientemente buena. En muchos casos hacen partícipes a las personas cercanas sus dudas y su incertidumbre con preguntas como: “¿Te parece que me queda bien esta ropa? Me da la sensación de estar gordo/a”. En una sociedad obsesionada con la imagen ideal, cumplir cánones  se ha estandarizado hasta tal punto que la belleza se ha vuelto uno de los potenciales riesgos de la autoestima, así como de la distorsión de la imagen corporal.

La lucha constante por mantener un “ideal de belleza”, en muchos casos, supone la lucha constante por alcanzarlo, o en muchos otros, la decepción por no hacerlo o no poder.

 Existen multitud de técnicas y programas informáticos que juegan con el tamaño de cada una de las partes de los cuerpos femeninos y masculinos, con el fin de que las empresas o revistas alcancen una superioridad frente a la competencia. Esto con el paso del tiempo puede generar una exposición a una imagen fuera de la realidad, fuera de lo naturalmente posible, desarrollando una distorsión de la imagen corporal.

Distorsión de la imagen corporal y su relación con la autoestima.

La imagen corporal que tenemos de nosotros se puede ver reflejada y comparada con el exterior según unos cánones alimentados por requisitos externos. Es una de las piezas esenciales del autoconcepto de las personas, y está relacionada directamente con la autoestima;  de ahí su función en la psique individual. Alguien que no se ve adecuadamente, y que pretende verse como un cánon de belleza, está luchando contra la realidad del ser humano, que da forma a la belleza de las personas a través de múltiples cualidades que se relegan en pos de una imagen única e ideal. O lo que es lo mismo, reducir la belleza a un concepto visual sobre como es alguien físicamente, sin tener en cuenta otros aspectos asociados a la propia belleza.

La imagen vende, y su uso compulsivo a nivel mercantil genera beneficios tan elevados que está sirviendo de inspiración ante muchos y muchas jóvenes que aprenden que para triunfar hay que dejar de comer o hacer lo posible por cumplir con esos cánones. Si de por sí la influencia de la sociedad al cuerpo es esa, ¿Qué efecto ejerce la imagen de los adultos sobre sus hijos?

¿Influye la distorsión de la imagen corporal de los adultos sobre la de los hijos/as?

cuerpo ideal

En un estudio publicado por Webb J, Rogers C, Etzel L, & Padro M (2018), se evaluó el impacto en los hijos/as  a la hora de escuchar conversaciones acerca de las valoraciones físicas y el exceso de peso de sus progenitores en el ámbito familiar.

Los resultados del estudio indicaron que escuchar con frecuencia valoraciones físicas negativas está relacionado con la despreoupación sobre los hábitos alimenticios frente al aumento de preocupación sobre la imagen corporal. Es decir, cuanto más se exponen los jóvenes a esas palabras relacionadas con la imagen corporal depreciativa, menos se preocupan por el cuerpo y sus funciones frente a la necesidad de alcanzar un ideal de belleza. Y al contrario, cuanto más se habla del cuidado en los hábitos alimenticios, más se asocia a la necesidad de cuidado sobre el cuerpo y su funcionalidad, frente a la imagen.

En definitiva, las charlas familiares focalizadas en los hábitos alimenticios saludables  y sus funciones biológicas hace que los hijos e hijas actúen en pos del autocuidado, independientemente de la imagen corporal, lo que lleva a la larga a cuidarse de forma más sana.

Si queremos que nuestras hijas e hijos lleven una vida saludable, es más importante enseñarles a cuidar de su cuerpo que de su imagen. Las verbalizaciones despectivas o dudas que hacemos sobre nuestra imagen física van a influir negativamente sobre ellos/as. ¿Cómo me veo cuando me miro al espejo?

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