Relaciones tóxicas. Estoy Cansada/o de aguantar

A lo largo de nuestra vida nos relacionamos con muchos tipos de personas. Las hay más duras, más frías, más cálidas y sentimentales…pero, ¿Qué define las relaciones como tóxicas? Si estoy cansada o cansado de aguantar, o siento que fuera de mí hay personas que adquieren el rol de jueces que me critican constantemente, puede ser que haya una razón.
“Lo que estás diciendo es un tontería”, “no tienes ni idea”, “no sabes”, “tendrías que escucharme más y dejarte de pijadas”, “Una persona normal no hace esas cosas”, “eres débil y no se puede ser así”, “hay que ser fuerte joder, a ver si espabilas”, «lo que te pasa no es nada comparado a lo que me pasa a mí”. » estoy cansada o cansado de aguantar tus sentimentaleces».
¿Has recibido este tipo de afirmaciones a menudo por una determinada persona mientras tratabas de expresar tu punto de vista? ¿Has sentido que tus experiencias o estados emocionales son infravalorados por determinadas personas que actúan como jueces? ¿Estás cansada o cansado de aguantar? ¿Son tóxicas esas relaciones o no?
Carásteristicas de las relaciones tóxicas
Las personas tóxicas son manipuladoras, tratan de poner su opinión sobre las demás en todo momento. Necesitan sentirse por encima de las cosas y de las personas que les rodean, despreciando su opinión hasta el punto de faltar al respeto.
Intentan ejercer dominio y control sobre las relaciones para sentirse necesitadas por los otros. Su falta de amor propio y su incapacidad de desarrollar por sí mismas la autoestima les hacen necesitar del halago externo, para lo que tratan de debilitar la del otro o victimizarse, y así mantener su status como dueños/as de la relaciones.
Se aprovechan de las debilidades ajenas para ejercer su influencia. Estas relaciones tóxicas no escuchan ni se interesan por el estado del otro. Aprovechan estas situaciones para poder desarrollar su influencia “divina” y todopoderosa, lo que hace crecer su ego y sentirse más fuertes.
Son personas muy críticas. Suelen valorar lo que haces, lo que dices y lo que piensas, e incluso llegan a mentir si eso les ayuda a conseguir su objetivo: “el control”.
No se responsabilizan de sus errores, no asumen la equivocación y echan la culpa a los demás o a las situaciones, victimizándose desproporcionadamente en las relaciones.
No se disculpan, no creen que tengan una razón para disculparse. Organizan su vida en pos del “victimismo” y la queja continua, lo que les hace encontrar cualquier excusa ante el remordimiento.
Son los/las jueces de las relaciones interpersonales. Su criterio es el que hay que seguir, y si no te pedirán explicaciones. Te harán sentir necesitado/a de darlas a través de cuestionamientos continuos sobre tu opinión. En el fondo les da igual tu punto de vista. Recuerda: les gusta manipular, y van a intentar generar una necesidad tratando de atacar tu propio criterio sin empatía, lo que finalmente puede hacer que trates de defender tu punto de vista sin ningún tipo de comprensión, dándoles a entender que necesitas de su aprobación. Si las cosas te van bien, en vez de alegrase por ti valorarán la situación según su punto de vista para que sientas su aprobación a la hora de hacer las cosas.
No les importa o interesa lo que a ti sí. Tampoco son un apoyo, y actuarán de jueces ante los acontecimientos de tu vida para que busques en ellos la afirmación de tus actos. De esta manera podrán mantener “el veredicto” y con ello la necesidad de su presencia, dando pie a la manipulación. «Si estoy cansada o cansado de aguantar he de tener en cuenta mi desgaste.»
Cansada/o de aguantar relaciónes tóxicas…»No quiero jueces»
En definitiva, una persona tóxica absorbe tu energía. Puede hacer que aparezcan sentimientos de culpabilidad si le das ese poder, lo que a la larga te hace sentir despechado/a. Recuerda, tu decides con quien quieres estar y la forma de hacerlo. El derecho de ser respetado/a es fundamental para ejercer una relación de equilibrio.
“La vida es muy peligrosa. No por las personas que hacen el mal, sino por las que se sientan a ver lo que pasa.”
Albert Einstein (1879-1955)
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