En muchas relaciones de pareja, la compañía y comprensión, o simplemente la necesitad de romper con la soledad, puede llevar a requerir en exceso la presencia de la otra persona. Es esa necesidad de suplir las libertades personales, desde la ocupación constante de la relación, dónde algunas de las características personales desarrollan la dependencia emocional en pareja.

¿Por qué limita tanto la dependencia emocional?

Existen rasgos de comportamiento asociados a la dependencia emocional en pareja. Como son: la necesidad de otra persona para tomar las propias decisiones, miedo a afrontar la soledad, inseguridad constante, falta de apoyo social o amistades, sentimientos de desconfianza. Todo ello provoca que una persona en una relación, pueda volverse obsesiva y acabar necesitando a la otra persona asiduamente para satisfacer sus necesidades personales. Este proceso de adaptación a la pareja, está envuelto de emociones que en algunos casos pueden propiciar grandes conflictos, o incluso la aparición de otros miedos ante la pérdida de la persona amada, además de la sensación de “inseguridad” al no saber qué hacer en tal caso.

Mi experiencia profesional me dice que la dependencia emocional en pareja, en algunos momentos de la relación, es inevitable. La cuestión está en el grado de intensidad con la que se manifiesta, y el tiempo que dura, ya que nadie es perfecto/a, y resulta de suma importancia observar y ver cuando la relación se apodera de nuestra persona, y qué hacer al respecto.

Cuando la necesidad supera al amor

pareja disfrutando

Caer en los hilos de la seguridad en pareja es extremadamente sencillo. Verse atrapado/a por el amor del otro; requerirlo y disfrutarlo a cada momento, puede romper la percepción de lo que una persona necesita para su bienestar.

El apego o el vínculo emocional con la pareja es extremadamente sencillo de generar. A los seres humanos nos encanta el cariño y la diversión. No obstante, existe una cuestión aún más importante ¿Somos niños para necesitar ese apego inconmesurable hacia la otra persona, o somos adultos para saber cuando la necesidad de compartir con la pareja es excesiva?

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